Uno de los ámbitos en los que se ha llegado a una solución unificada para formar el femenino de los nombres de profesión es el de los grados del ejército. Para todos ellos, tomamos la forma masculina tradicional y la convertimos en común en cuanto al género:
(1) el soldado > la soldado
(2) el sargento > la sargento
(3) el capitán > la capitán
Simplemente, el masculino pasa ahora a funcionar como masculino y femenino. No cambia la terminación, pero sí que cambia el género, como podemos comprobar gracias a los determinantes y adjetivos que rodean al nombre:
(4) […] la cobertura informativa americana de la crisis del Golfo se caracterizó por el contraste entre la soldado americana como mujer liberada y la mujer árabe cubierta de velos [Vicenç Fisas Armengol: El sexo de la violencia].
En el ejemplo (4), el determinante la y el adjetivo americana reflejan el género femenino del sustantivo soldado, que aparentemente tiene forma masculina.
En conclusión, con las denominaciones de los grados del ejército no hay necesidad de dudar a la hora de formar el femenino. Lo que antiguamente era un masculino ahora nos sirve indistintamente para los dos géneros.