La prenda de baño conocida como bikini toma su nombre de un atolón de las islas Marshall donde el ejército estadounidense andaba probando sus bombas nucleares allá por 1946.
Por aquella época, un diseñador francés llamado Louis Réard lanzó al mercado una creación que iba a revolucionar el panorama de la moda de baño femenina. Se trataba de una especie de bañador más bien escaso de tela y cortado en dos piezas.
No se sabe a ciencia cierta por qué le puso el nombre de aquel islote del Pacífico, pero se sospecha que pudo ser por la alegría explosiva que esperaba provocar en las playas del mundo.
La invención de Réard despertó el entusiasmo de amplios sectores del público. El bikini se convirtió en todo un éxito comercial y de este modo la palabra pasó del francés al resto de las lenguas del mundo, incluida la nuestra.
Las variantes monokini, trikini, sexykini, etc., se forman por reanálisis de la palabra original. Se reinterpreta el segmento inicial bi- como si fuera el mismo que encontramos en bi-cicleta, bi-sexual, etc. A partir de ahí ya se pueden crear nuevas formaciones como las mencionadas.