Esto no constituye propiamente una regla de ortografía, pero sí que es una advertencia recurrente en los tratados ortográficos y libros de estilo. Cuando se divide una palabra al llegar al final de un renglón, conviene tener cuidado porque a veces se nos puede escapar una expresión malsonante, por ejemplo:
(1) espectá-
-culo
(2) com-
-putadas
(3) sa-
-cerdote
Estos traspiés no solo ocurren en posición final de palabra. En las dos siguientes, el problema nos lo plantea el principio:
(4) caca-
-túa
(5) pis-
-tacho
Por lo general, hoy ya no nos ocupamos personalmente de hacer este tipo de divisiones. Lo normal es que deleguemos esta tarea mecánica en los procesadores de textos. Aun así, no está de más que controlemos el resultado porque de vez en cuando pueden dar algún disgusto.