Impugnar es un verbo que encierra la idea general de ‘oponerse’. Más específicamente, se utiliza como tecnicismo jurídico con el significado de ‘presentar un recurso contra una decisión oficial’. En el siguiente ejemplo se utiliza correctamente:
(1) El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas [Constitución española (1978)].
El ejemplo (1) nos está diciendo que el Gobierno de España puede oponerse a las decisiones de ciertas administraciones del Estado. La forma de ejercer esa oposición consiste en presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional. Eso es la impugnación. Ni más ni menos.
El ejemplo anterior se refiere a un caso específico, pero la casuística de lo que se impugna y de quién lo impugna puede ser de lo más variado. Se pueden impugnar sentencias judiciales, resoluciones de organismos oficiales, acuerdos de entidades como comunidades de propietarios, consejos de administración de empresas, etc. Y detrás de esa impugnación pueden estar ciudadanos, asociaciones, empresas, administraciones públicas…
Sin embargo, estoy notando de un tiempo a esta parte que muchas personas utilizan este verbo impropiamente con el sentido de ‘anular’. Hasta donde he podido comprobar, esto ocurre sobre todo en el contexto de oposiciones y concursos de empleo público, por ejemplo:
(2) Los opositores han conseguido que se impugnen las preguntas 3, 5 y 18 del examen.
El ejemplo (2) es incorrecto. Debería decir esto otro:
(3) Los opositores han conseguido que se anulen las preguntas 3, 5 y 18 del examen.
Son las personas que se presentan a un examen quienes pueden impugnar las preguntas. Esto puede ocurrir porque se haya detectado algún defecto, porque los interesados sientan que se han lesionado sus derechos o por cualquier otro motivo. El procedimiento para impugnar consiste en presentar un recurso ante el órgano que tenga competencias para resolver. Y es este último el que anula las preguntas (si es que da la razón a quienes reclamaron).
En resumen, impugnar consiste en oponerse, en presentar un recurso contra algún tipo de decisión. Si el recurso prospera, se obtendrá la anulación. Pero si usamos impugnar con el sentido de ‘anular’, estamos poniéndolo todo patas arriba. Yo que tú no lo haría. Bastante enrevesados son ya estos procesos como para encima liarlo todo más por hacer un uso impropio del vocabulario.