Introducción
Las conjunciones y, o permiten coordinar elementos. Esta es una función fundamental dentro de la lengua y por eso la ortografía le da un tratamiento propio en cuanto a puntuación. Yo he mencionado específicamente y, o en el título de este capítulo porque son las dos conjunciones básicas en el ámbito de la coordinación, pero enseguida vamos a conocer a sus hermanas y hasta a sus primas.
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La familia de y
La conjunción y tiene como función situar dos elementos al mismo nivel. En lingüística, a esta operación de poner elementos al mismo nivel se la conoce como coordinación. Los elementos en cuestión pueden ser palabras:
(1) Pan y queso
También pueden ser grupos formados por varias palabras:
(2) Un pan candeal y un delicioso queso manchego
Aquí ya no estamos coordinando simplemente pan y queso. Los elementos que se coordinan son, por un lado, la secuencia de palabras Un pan candeal; por otro lado, un delicioso queso manchego.
Puedes coordinar incluso oraciones completas:
(3) Me compré un pan candeal y lo rellené de delicioso queso manchego.
Dentro de la coordinación hay varios tipos. Todos los ejemplos que hemos visto hasta aquí son representativos del primero de ellos; la conjunción suma los elementos: esto más lo otro. Si relees los ejemplos del pan y el queso, te percatarás de que tengo lo uno y lo otro al mismo tiempo.
Este tipo particular en que se suman los elementos es técnicamente una coordinación copulativa. Su conjunción típica, central, es y.
Una cópula es una unión (en todos los sentidos, incluso en ese que te estás imaginando). Por tanto, la denominación coordinación copulativa te está dando a entender que esa operación consiste en poner dos elementos al mismo nivel y sumarlos.
La conjunción y tiene un par de hermanas que comparten con ella esa función. En primer lugar, está e. Esta es una simple variante que aparece cuando la palabra siguiente comienza por el sonido i, por ejemplo:
(4) He visto caer reinos e imperios.
El sustantivo imperios comienza con el sonido i. Por eso, la conjunción y se transforma en e. Mira este otro ejemplo:
(5) Esto lo arreglo yo con aguja e hilo.
La hache es muda. Por eso se produce aquí también la transformación. Lo que le importa a esta regla es el sonido y no la escritura. Es un mecanismo que se empezó a conformar hace miles de años, cuando el castellano ni siquiera se escribía.
Ahora te lo voy a complicar un poquito más:
(6) Respiraba un aroma de lluvia y hierba.
¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué y no se ha convertido en e? El sonido de la letra i en hierba es casi como el de una consonante. De hecho, esta palabra se puede escribir también yerba. Nuevamente, lo relevante es el sonido y no la escritura. Si lo que suena a continuación no es una vocal, no se produce el cambio.
La otra hermana es ni, que añade una idea de negación:
(7) No me gusta el pan industrial ni la mayonesa de bote.
Este ejemplo da a entender que no me gusta lo uno y tampoco me gusta lo otro. Seguimos poniendo los dos elementos al mismo nivel, seguimos sumándolos, pero en este caso es una suma de elementos negativos: lo uno no y lo otro tampoco.
Además, tienes la expresión así como. Esta combinación de palabras no es una conjunción propiamente, pero cumple la misma función. Digamos que no es hermana carnal de las otras dos, pero la tratan como si lo fuera porque se han criado en la misma casa. Te muestro también un ejemplo de uso:
(8) He comprado pan candeal y un queso manchego, así como un buen vino de Valdepeñas.
También viven bajo el mismo techo las correlaciones formadas por ni… ni… y tanto… como… Estas también forman coordinaciones copulativas. Se diferencian de las anteriores en que son secuencias discontinuas.
De momento, te estoy presentando a la familia. En los siguientes apartados iremos estudiando cómo está regulado el uso de la coma en estos casos:
Vamos ahora a casa de las primas.
La familia de o
En el apartado anterior hemos visto la función que consiste en poner elementos al mismo nivel para sumarlos. Existe otra posibilidad lógica y lingüística: poner elementos al mismo nivel para separarlos.
En este segundo caso, el significado es el siguiente: o bien está el uno, o bien está el otro; pero no puedo tener los dos al mismo tiempo. La conjunción básica para expresar esta idea es o:
(9) Puedo comprar un pan candeal o un delicioso queso manchego.
Aquí he puesto el pan candeal a la misma altura que el delicioso queso manchego. Sin embargo, no puedo tener los dos al mismo tiempo. Si compro el uno, me quedo sin el otro (y al revés). Esto es lo que se conoce técnicamente como coordinación disyuntiva.
Nuevamente, términos como disyunción y disyuntiva suenan complicados; pero, en el fondo, tienen una explicación bastante simple. Pertenecen a la familia de yugo (el instrumento que se utilizaba antiguamente para unir los bueyes y otros animales).
En latín, disjungere era quitarles el yugo a los bueyes. Cuando hacías eso, los animalitos quedaban sueltos y se iban cada uno por su lado. Salvando las diferencias, eso mismo es lo que consigues con la conjunción o.
La conjunción o también tiene una hermana: u. Esta es una variante que aparece cuando la siguiente palabra empieza por el sonido o:
(10) Bueyes u osos
Viven en la misma casa las correlaciones formadas por bien…, bien…; ya…, ya…; sea…, sea…
Existe un tercer tipo de coordinación: la que se conoce técnicamente como coordinación adversativa. Como diría mi madre, esos son otros Garcías. Por eso, les dedicaremos su propio capítulo cuando hablemos de pero y compañía.
Lo que vamos a hacer tú y yo ahora es examinar cómo se usa la coma en las enumeraciones. Este es el punto central de este capítulo. Empezaremos por el comportamiento básico y a partir de ahí nos iremos adentrando en diferentes variaciones.
Pero antes de eso vamos a hacer un ejercicio preparatorio.
Ejercicio
¿Están correctamente puntuados los ejemplos siguientes?