Clavel es un catalanismo. Su evolución hasta llegar al castellano es esta:
Cat. clavell (‘clavo de clavar’) > cat. clavell (‘clavo de especia’) > cat. clavell (‘flor del clavel) > cast. clavel (‘flor del clavel’)
Este nombre está basado en una doble metáfora. En primer lugar, alguien vio una semejanza entre la forma del clavo de clavar y la del clavo de especia. Hoy pensamos en los clavos relucientes de la ferretería y nos puede parecer raro, pero mirando uno antiguo como el de la foto, la comparación no nos parecerá tan descaminada.
Sobre esta primera metáfora visual se construye la siguiente, esta vez por el olfato. Alguien debió de apreciar un cierto parecido entre el olor del clavo de especia y el de la flor, y por eso se empezó a utilizar el nombre del uno para la otra (me gustaría incluir los dos aromas en el blog, pero eso todavía no se ha inventado).
Covarrubias lo explica así en su Tesoro de la lengua castellana:
CLAVEL, flor conocida por su excelencia. Diéronle este nombre por el olor grande que tiene del clavo aromático. Hace mención della el Doctor Laguna sobre Dioscórides […] y añade: de algunos se dice clavel en España por ser olorosa su flor, como los clavos de especias […]
A lo mejor esta etimología te ayuda a disfrutar un poco más del próximo clavel que veas y huelas. Quién sabe…
[El autor del la foto de la flor del clavel es Darkone, quien la ha publicado bajo la Licencia Creative Commons Genérica 1.0 Reconocimiento – Compartir bajo la misma licencia]
Muy acertada, precisa y razonable la etimología de “clavel”.
Gracias.