El primer párrafo de una entrada de blog es fundamental para las personas y para los buscadores. Ahí es donde cazas al lector o lo pierdes. Ahí es donde le dices al buscador de qué trata el artículo.
En estas pocas líneas debes anunciar a las claras el tema que se desarrollará en el resto del artículo. Si se te ocurre alguna manera de picar la curiosidad del lector, aquí es donde tienes que hacer uso de ella. Durante uno o dos segundos vas a disponer de toda la atención de una persona. Si la convences, se quedará; si no, saltará a otra página donde encontrará lo que quiere.
Anunciar el contenido correctamente es fundamental también para que los robots añadan tu escrito a su índice y, sobre todo, para que descubran de qué va. Eso es lo que le interesa al motor de búsqueda que los ha enviado porque así podrá ofrecer el contenido adecuado cuando un usuario le pregunte por el tema. Un fragmento del primer párrafo es lo que suele aparecer en los resultados de búsqueda justo debajo del enlace. Por tanto, es lo que van a encontrarse unos ojos humanos que están potencialmente interesados en tu contenido.
Este párrafo es de oro. Es moneda contante y sonante. Piensa bien en qué la gastas. Te doy unos ejemplos de lo que yo no haría: divagar, bromear, explayarme en consideraciones sobre entradas anteriores… Si no ofreces algo sustancial, los ojos humanos que se detuvieron en estas letras por un instante se apartarán y ya nunca recorrerán las líneas que faltan para llegar al segundo párrafo, que es donde decidiste empezar a contar algo que resultaba pertinente.
Este artículo forma parte del libro Escribir un blog y que te lean.