Una cuestión muy discutida social y lingüísticamente durante las últimas décadas es cómo se ha de formar el femenino de los nombres de profesión. La razón es evidente: las mujeres han ido accediendo a profesiones que tradicionalmente les estaban vedadas. Es verdad que todavía nos falta mucho para alcanzar la igualdad, pero cada vez van
Sigue leyendo →El adjetivo grande cuenta con una forma apocopada gran. Esta aparece cuando precede a un nombre en singular. Da lo mismo que el nombre sea masculino (1) o femenino (2): (1) Una noche hubo un gran alboroto en la terraza del bar y el camarero fue a buscar a los vigilantes [Roberto Bolaño: La pista de hielo]. (2) Si el terror
Sigue leyendo →La apócope es un proceso fonológico que consiste en la pérdida de uno o varios sonidos en posición final de palabra. Este término procede del griego apokopé, palabra que está formada a partir de apo, que indica alejamiento o separación y kóptein, que es ‘cortar’. La apócope, por tanto, consiste en comernos el final de alguna palabra en
Sigue leyendo →Un correveidile es una persona amante de propagar rumores y cotilleos. Nos encontramos aquí con una palabra compuesta muy expresiva. Podemos ilustrar su uso con este ejemplo, tomado de una obra de Mario Vargas Llosa: (1) Por supuesto que no se lo diré a nadie, hermanita. No soy una correveidile de esas que abundan en esta casa de
Sigue leyendo →En español es frecuente formar palabras añadiendo prefijos (1) o sufijos (2): (1) niebla > antiniebla (2) helado > heladito Sin embargo, existe otro procedimiento menos conocido que consiste precisamente en lo contrario: en eliminar un prefijo o un sufijo para crear una nueva palabra. Así han surgido históricamente muchos sustantivos a partir de verbos, por ejemplo:
Sigue leyendo →El femenino presidenta plantea dudas a muchas personas, que no están seguras de si deben decir la presidenta o la presidente. La forma terminada en -a es correcta y es la que se prefiere en la norma académica. Veamos un ejemplo de uso tomado de una novela de Carmen Rico Godoy: (1) Y alguien, lo sé, alguien dejará
Sigue leyendo →Los nombres de los números tienen su plural como cualquier sustantivo que se precie. Este se construye de manera regular; es decir, cuando la palabra en cuestión acaba en vocal, añade la terminación -s: (1) el cero > los ceros (2) el siete > los sietes En cambio, cuando acaba en consonante, toma la terminación -es: (3) el tres
Sigue leyendo →En español tenemos un puñado de superlativos en -érrimo. Son fósiles lingüísticos que hemos heredado del latín y que apenas tienen uso en la lengua actual, por ejemplo: (1) áspero > aspérrimo (2) célebre > celebérrimo (3) íntegro > integérrimo (4) pobre > paupérrimo (5) negro > nigérrimo A veces, la forma en -érrimo coexiste con un
Sigue leyendo →Tenemos un puñado de sustantivos en español que forman femeninos en -esa. Los principales son los siguientes: (1) alcalde > alcaldesa (2) conde > condesa (3) barón > baronesa (4) marqués > marquesa (5) abad > abadesa (6) príncipe > princesa (7) guarda > guardesa Hay alguno más que alterna con femeninos en -a, pero se trata de
Sigue leyendo →Los latinismos siguen las pautas de formación del plural de los préstamos integrados en el español. Por tanto, los que presentan terminaciones que podrían ser españolas simplemente siguen el modelo español correspondiente: (1) la ratio > las ratios (igual que el patio > los patios) (2) el nomenclátor > los nomenclátores (igual que el sabor > los sabores) (3) el
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